Un poco de historia y actualidad del deporte argentino y mundial

miércoles, 18 de julio de 2012

Los Mayas y la Era del "No-Fútbol"



Antes de su desaparición, los Mayas profetizaron que el 2012 sería un año de grandes cambios en el Mundo ya que sería el comienzo de una nueva Era.

Esta teoría es interpretada por algunos hombres como la fecha de vencimiento del planeta Tierra o del final de la humanidad.
Otros, creyendo que estos aborígenes son una especie de alienigenas, aseguran que volverán a nuestro planeta el 21 de diciembre de este año.
El resto simplemente ignora y toma como un simple mito o rumor esta leyenda que lleva miles de años.
El factor común de estas tres posturas, es que todas apuntan esta teoría a un cambio mundial, que afecta a todo el plantea. Habría que alejarse de ese punto de vista para poder comprenderla.
No es La Tierra la que esta cambiando, pero es cierto que una Nueva Era está comenzando. Está delante de los ojos de todos los argentinos, pero algunos increíblemente no la pueden ver.
Estamos entrando en la Era del “No-Fútbol”.
Esta nueva etapa del deporte que más gente mueve a nivel mundial, se viene gestando hace mucho tiempo en nuestro país.
Llevada adelante por la mentalidad de los dirigentes que vieron un gran negocio en lo que antes era conocido como el deporte del los ingleses locos.
Sostenida por una sociedad que se volvió exitista, que sostiene que en el juego el fin justifica los medios.
Un pueblo que se volvió menos exigente, al punto de que hoy aplaude a aquel que le pega fuerte a la pelota impulsándola lo más lejos posible del piso, e insultando a aquel que decide tirar un caño o un taco en la mitad de la cancha.
Ese lugar donde antes se gestaba la magia que culminaba en un gol precioso y hoy se ha convertido en un verdadero campo de batalla.
Tampoco hay que olvidarse de los barras bravas, quienes son la cara de la Era del No-Fútbol. Lacras que son apoyadas por algunos hinchas que no tienen noción del mal que le ocasionan a los clubes y que son financiados económicamente por directivos y jugadores.
Los Mayas lo anunciaron, avisaron que el 2012 iba a ser un año de cambios. Y así lo es, por lo menos hasta ahora.
El fútbol argentino se despidió de sus dos últimos jugadores que entendían el juego. Los últimos que nacieron y expusieron sus habilidades en este suelo, y demostraron que en este deporte se utiliza más la cabeza que los pies y que el balón debe transitar más tiempo por el piso que por el aire.
Uno dijo adiós porque el físico ya no le respondía. Porque sus sucesivas lesiones le imposibilitaban jugar los 90 minutos. Por lo menos a este pelado de barba candado lo despidieron como se merece, ovacionado por su hinchada y aplaudido por los simpatizantes del equipo rival.
El otro se fue por la puerta chica. Enojado por el maltrato que recibió por parte del entrenador de su equipo y de la dirigencia. Aunque según él, el cansancio y la falta de fuerzas para darle más títulos al club que ama, fueron las causas por las cuales decidió dar un paso al costado.
Pensar que antes de estos jugadores había prácticamente uno por equipo. Ángel Labruna, Adolfo Pedernera, René Houseman, Miguel Brindisi, Diego Armando Maradona, Ricardo Bochini, Claudio Borghi, Bernabé Ferreyra, Alberto Alonso, Alfredo Di Stefano, Ariel Ortega entre otros grandes futbolistas que dejaron su huella en el fútbol nacional, hoy han desaparecido.
El fútbol argentino que alcanzó la gloria en dos oportunidades, una en 1978 y otra en 1986, y fue reconocido durante años por su juego, hoy es distinguido por el espectáculo que  brinda en las tribunas y no por el desempeño de sus futbolistas en el verde césped.
Los Mayas lo avisaron, el 2012 iba a ser un año de cambios, y las despedidas de Juan Román Riquelme y Juan Sebastián Verón abren la puerta a una nueva Era, una que se viene gestando desde hace rato en la Argentina. La Era del No-Fútbol.

lunes, 2 de julio de 2012

Chacarita, dinámica de lo impensado




Dante Panzeri, difunto periodista deportivo de la revista El Gráficodefinió al fútbol como una “dinámica de lo impensado”, ya que en este deporte ocurren una serie de hechos que son impensados antes del comienzo de un partido.



Por ejemplo, un equipo puede plantearse como objetivo salir a ganar, abrir la cancha, hacer pases cortos y precisos, rematar desde afuera del área y aprovechar al máximo las pelotas paradas, pero nadie sabe como ni cuando vendrá el gol. 
Desde 1967, cuando Panzeri publicó el libro que llevaba su frase como título, hasta hoy, aquellos que saben de fútbol le han dado la razón.  Pero el sábado por la tarde, su frase tomó más sentido, por lo menos para quien les habla.
Un club que ya estaba descendido, que durante 76 fechas hizo todo para perder la categoría. Empezando por las malas decisiones de la dirigencia, escogiendo técnicos que no supieron manejar el equipo y siguiendo por la elección de los más de 20 jugadores que pasaron por el club en estas dos temporadas.
            Con el estadio suspendido, la prohibición a los hinchas de ir a la cancha, con la renuncia del presidente, Vicente Celio, en descenso directo y con la quita de un punto, por los cantos discriminatorios hacia la hinchada de Atlanta, Chacarita tenía la cabeza en la B Metropolitana. Pero de repente todo cambió.
            Llegó un nuevo técnico, el cuarto en la temporada, Salvador Pasini, quién había rescindido su contrato con Estudiantes de Buenos Aires, que se encontraba segundo en la tercera categoría del fútbol argentino.
            Increíblemente, tras su arribo, Chacarita obtuvo 15 puntos en 11 fechas, algo impensado en ese momento. Con victorias ante Rosario Central, que si ganaba quedaba como único puntero, por 3 a 1 y ante Patronato, que venía de ganarle nada menos que a River Plate, por 3 a 0, ‘El Funebrero’ se ganó un lugar en la promoción y debía enfrentar a uno de sus clásicos, Nueva Chicago.
            Tras la derrota por 1 a 0 en Mataderos, el equipo del ‘Tano’ Pasini, que volvía a hacer de local en San Martín, luego de los incidentes con Atlanta en la 24º fecha, con 6 mil socios en las tribunas y 900 policías en el estadio y sus alrededores, debía ganar el partido para permanecer en la B Nacional.
            Un primer tiempo ajustado que finalizó 0 a 0,  dejó la definición para la segundos 45 minutos.
            Tras el pitazo del árbitro y luego de transcurrir los primer 15 minutos del segundo tiempo, los nervios invadían la platea alta y la popular local del estadio. El mal juego de Chacarita, obligaba a pensar en que el gol jamás llegaría, pero las chances desperdiciadas por los rivales, dejaba un espacio para soñar con la salvación.
            Pero a los 79 minutos Chicago anotó el gol que merecía hace rato. Chacarita necesitaba un milagro, una hazaña, hacer 2 goles en diez minutos para salvarse.
            A los 87’, con un jugador menos, tras la expulsión de Matías Zaldivia, y cuando todo era lagrima y desazón, un tiro de esquina desde la derecha sobró a la defensa rival y cayó en los pies del delantero juvenil recién ingresado, Gabriel Tellas, quien con un débil derechazo empató el partido.
            Al igual que en del torneo, el equipo que en el inconsciente colectivo de los hinchas ya estaba descendido, tenía una luz de esperanza. Luz que creció, cuando el delantero de Nueva Chicago, Leonardo Carboni, quien había convertido el primer tanto del partido, desperdició un mano a mano inmejorable.
            ¡Todos al área! ¡Dale que termina! Eran los gritos que salían de las bocas de los socios de Chacarita que esperaban el milagro.
            Y llegó. Lo que nadie se imaginaba, ocurrió.  A los 49 minutos del segundo tiempo,  un remate dentro del área que impactó en las manos de un defensor de Nueva Chicago, obligo al árbitro del partido, Mauro Vigliano, a cobrar penal.  Si, penal.
            La locura y euforia se desató en las tribunas, lo que parecía imposible hasta hacía siete minutos era una realidad. Chacarita tenía la chance de ganar el partido y permanecer en el Nacional B. Los socios lloraban y se abrazaban, al igual que los jugadores y el cuerpo técnico, mientras alguno advertía “Ojo, todavía no terminó, hay que patearlo”.
            ¿El encargado? Damián Toledo, quien tomó la pelota y se hizo cargo de la ejecución. Entretanto, los relatores de la radio y la televisión anunciaban este desenlace como el más apasionante en la historia de las promociones.
            Todo estaba en los pies de Toledo y en las manos de Daniel Monllor, arquero de Chicago. El silencio se apoderó de las tribunas. Todos esperaban expulsar de sus gargantas el grito de gol. Ese que les de la salvación. Pero nunca llegó.
            El remate fue bien ejecutado, fuerte hacia la derecha del portero quien, con su brazo izquierdo extendido, pudo capturar en dos tiempos el balón y se quedó con la ilusión de los seis mil socios allí presentes.
            Chacarita tenía todo perdido, de repente tuvo todo para ganarlo y en un segundo se quedó sin nada. De esta manera, se puede modificar la frase de Panzeri, y asegurar que: "Chacarita es la dinámica de lo impensado".

jueves, 28 de junio de 2012

A los ídolos, se los respeta



          Por más pequeño que sea y por menos socios que tenga, todo club tiene su ídolo. Ese que generalmente hizo inferiores allí y desde chico soñó con debutar en primera, ganar un campeonato, jugar en Europa y poder retirarse en el club de donde salió.
            Ese que camina por la calle y los hinchas lo frenan no sólo para pedirle autógrafos y fotos, sino para agradecerle con frases como “Te amo” ,“Sos un crack”, “Nunca te vayas”, “Sos un genio”, entre otros halagos.
            Ese que a pesar de que alguna jugada no le salga, es aplaudido igual por el público.  Porque se lo merece, porque dio todo y porque ya le va a salir alguna.
Suele ser el referente del equipo, ese al que los hinchas rivales tomarán como objetivo de innumerables insultos y cargadas.
Tocar al ídolo, es tocar al hincha. Una roja a él, es una roja a todo el estadio. Las patadas que recibe, les duele a todos los simpatizantes del club.
            Pero, ¿ Qué pasa cuando es la dirigencia la que le pega una patada o la que le saca una tarjeta?
Este es el caso de Fernando Cavenaghi. El 9 de River Plate que el 26 de junio del 2011 levantó teléfono y avisó que quería ayudar al equipo. No le importaba la plata, no le importaba nada, el quería devolverle a su club, todo lo que le dio.
Así fue, junto con Alejandro Domínguez, se tomaron un avión, se pusieron la pechera de entrenamiento y comenzaron a sacar del pozo a su amada institución.
Si ya eran ídolos, imagínense en ese momento. Los hinchas los ovacionaron las 38 fechas que duró la temporada y colocaron banderas en agradecimiento a ambos durante todo el torneo. El amor entre estos dos jugadores con la gente era más fuerte que nunca.
Finalmente lograron el ascenso en la última fecha. Sufrieron pero lo lograron. Cavenaghi fue el goleador de River en el Nacional B y uno de los pilares del equipo conducido por Matías Almeyda. Domínguez también fue clave, a pesar de no haber marcado muchos goles.
El exValencia, sabía que no podía seguir en la institución de Nuñez. Era algo muy difícil, ya que desde Europa avisaron que lo querían devuelta y el contrato en ese continente lo obligó a irse.
Pero algo pasó. En realidad no fue algo, fue alguien. Alguien con quien el hincha no contaba.
¿Fue una guerra de egos? ¿Fue un problema personal? ¿Fue un conflicto económico? O, como quiso justificar Almeyda, la idea es armar “un equipo más rápido”.
Estas cuestiones, nunca se van a saber. Llegarán rumores, mentiras y sospechas, pero la verdad nunca se sabrá.
Lo que es una certeza, es que quien esta detrás de esto es Daniel Alberto Passarella, presidente de River Plate. Aquel que ganó por seis votos las elecciones de 2009 y les pidió a todos aquellos futbolistas que habían salido de las inferiores y que ahora estaban jugando en distintas partes del planeta, que regresen para darle una mano al club.
Cavenaghi lo escuchó, le hizo caso y volvió en el peor momento de River.  Así le pagó Passarella.
Almeyda fue el encargado de avisarle que ni iban a tenerlo en cuenta. Después de todo lo que hizo, luego de todo lo que dejó, fue el goleador en el ascenso y decidieron no renovarle.
Lo que más quiere el hincha es a sus ídolos, son respetados por todos, son intocables. La dirigencia de River los tocó, y por más que traigan 100 refuerzos no podrán tapar la herida que le provocaron la gente.
Fernando Cavenaghi se fue por la puerta de atrás y nunca se sabrá bien por qué. Daniel Alberto Passarella cometió un error enorme, no respetó a los ídolos.

martes, 26 de junio de 2012

Black Power y los Juegos Olímpicos





Es la meta a la que todos los deportistas quieren llegar, saben que allí tendrán la oportunidad de representar a su país. Poder colgarse la bandera en sus hombros y subirse a lo más alto del podio es el sueño de todos los atletas. Pero ese no era el único objetivo de Tommy Smith ni de John Carlos. Ambos corredores representaban en los Juegos Olímpicos de México 1968 a Estados Unidos, que por aquel entonces vivía una situación particular.
El pastor Martin Luther King había luchado en favor de los derechos de los negros en Norteamérica, había encabezado movimientos en contra de la guerra de Vietnam y contra la pobreza en general. Pero el 4 de abril de 1968, meses antes de los Juegos, fue asesinado en un hotel de la ciudad de Memphis.
Por esta razón, los deportistas afroamericanos que iban a viajar a México tenían como objetivo defender los principios que King había sostenido hasta su muerte y así demostrar que los negros en Estados Unidos tenían los mismos derechos que los blancos.
Smith y Carlos llegaron en primer y tercer puesto respectivamente en los 200 metros llanos, pero ese hecho no fue el que quedó en la historia.
Antes de subir al podio, ambos se quitaron sus zapatillas y se colocaron una pegatina que representaba sus derechos. Ésta última, también la utilizó el australiano Peter Norman, quien había llegado en segundo lugar.
     Además, ambos norteamericanos vistieron un guante negro en una de sus manos, Smith en la derecha y Carlos en la izquierda, porque el segundo de estos se había olvidado los suyos en la Villa Olímpica.
     Cuando el himno de los Estados Unidos comenzó a sonar, los atletas morenos agacharon la cabeza, cerraron sus ojos y extendieron el brazo, en el que tenían el guante, con el puño cerrado, en señal de protesta.
     Ese gesto, conocido como ‘Black Power’, provocó que los hinchas los silbaran al bajar del podio y, más tarde, que el Comité Olímpico Internacional decidiera expulsarlos de los Juegos por reivindicación política, algo que consideraron "inapropiado".
     Esta expresión fue imitada por otros deportistas afroamericanos, como el atleta Bob Beamon, pero el COI decidió no expulsar más a nadie.
     Cuando volvieron a su país, ambos atletas fueron criticados, perseguidos y amenazados de muerte. Smith dejó de competir y se convirtió en jugador de fútbol americano de los Cincinnati Bengals. Carlos continuó un poco más hasta que hizo lo mismo que su compañero en los Philadelphia Eagles.
Según el diario español Marca, el australiano Norman también tuvo problemas: “Le negaron la participación en los siguientes Juegos pese a lograr plaza y se le marginó hasta caer alcoholizado y morir de una parada cardiaca en 2006, con 64 años. Ni siquiera se acordaron de él en los Juegos de Sídney 2000 y tuvieron que ser los Estados Unidos quienes le invitasen cuando se enteraron de que su país había renunciado a hacerlo. Su tiempo de 20.06 de la final olímpica del 68 sigue siendo el récord australiano en 200 metros. Smith y Carlos portaron su féretro el día de su entierro”.
Los Juegos Olímpicos de México 1968 tal vez se los recuerde porque se batieron 17 records mundiales a causa de la altitud, o porque allí apareció la primera prueba positiva del doping. Pero nadie puede olvidarse de lo que hicieron Tommy Smith y John Carlos, el ‘Black Power’ tiene un lugar en la historia olímpica.

lunes, 25 de junio de 2012

Arsenal Campeón




Mucho se hablará de este torneo, muchos dudarán sobre la legitimidad de este campeón. Lo cierto es que, a pesar de las sospechas, sucedió.
El último domingo se subió un nuevo club al podio de los campeónes del fútbol argentino en primera división. Esta metodología que se utiliza desde 1967 de dos campeonatos por temporada, metropolitano y nacional hasta 1985 y apertura y clausura hasta hoy en día, le permitió dar la tan ansiada vuelta olímpica a clubes que eran opacados por los cinco grandes de fútbol argentino, Boca Juniors, River Plate, Independiente de Avellaneda, San Lorenzo de Almagro y Racing Club. Estos fueron los casos de: Estudiantes de La Plata, Velez Sarfield, Chacarita Juniors, Rosario Central, Huracán, Newell’s Old Boys, Quilmes, Ferro Carril Oeste, Argentinos Juniors, Lanús, Banfield y desde hace un día Arsenal de Sarandí.
     ¿Quién este nuevo campeón?
     El 11 de enero de 1957 en el bar “Las Tres F” se juntó un grupo de amigos, entre quienes se destacaba el actual presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, Julio Humberto Grondona, que por aquel entonces tenía 26 años.
Independiente y Racing ya habían conquistado los corazones de la gente de Avellaneda, pero eso no detuvo la idea de crear un nuevo club de fútbol en esa zona.
     Para el nombre, se inspiraron en el famoso club londinense cuya manera de jugar a la pelota despertaba la admiración de los jóvenes de aquel entonces.
     Por otra parte, ya que iban a ser vecinos de dos de los equipos mas grandes del país, decidieron tomar sus colores y fusionarlos en una sola camiseta.
     De esta manera nació uno de los clubes más jóvenes del fútbol argentino, Fútbol Club Arsenal.
En 1961 participó del torneo de Primera D bajo la dirigencia de J. H. Grondona. Ese año debutó frente a Piraña en el empate 1 a 1 y el gol lo marcó Héctor Grondona, hermano de Julio Humberto y máximo goleador del club con 168 goles.
     Tras perder la final contra Villa Dálmine, “El Arse” debió permanecer una temporada más en la última división del fútbol argentino. Pero al año siguiente, luego de finalizar invicto en 29 partidos, ascendió a Primera C.
     Después de terminar un punto por encima de Almirante Brown, Arsenal logró llegar a Primera B en 1964 jugando de local en la cancha de Ateneo de Sarandí.
     Pero no todo fue felicidad para uno de los tres clubes, junto con Boca e Independiente, que nunca descendieron de Primera División.
     Arsenal volvió a la Primera C en 1984 y  el regreso a la Primer B llegó en 1986. Ese mismo año se creó la categoría “Primera B Nacional” de la cual formó parte durante 10 años, desde la temporada 1991/92.
     El sueño de todos los clubes del ascenso lo logró el 18 de Mayo de 2002 cuando ascendió a Primera, año en el que construyó su estadio actual, que lleva el nombre de su primer presidente y socio nº1, Julio Humberto Grondona. Ni él imaginaba que en menos de 50 años de historia, el club que creó llegaría tan lejos.
     Un dato curioso es que Arsenal logró dos títulos internacionales antes del torneo local:
Copa Sudamericana en 2007 luego de ganarle la final América de México por diferencia de gol (victoria de visitante por 3 a 2 y derrota de local en cancha de Racing por 2 a 1).
Copa Suruga Bank en 2008 ante el Gamba Osaka en Japón por 1 a 0 con gol de Carlos Castiglione.


Pero el título más festejado en la historia de “Los del Viaducto” fue el del último domingo, en su estadio y con su gente, tras ganarle 1 a 0 a Belgrano de Córdoba con gol del defensor Lisandro López. De la mano del técnico Gustavo Alfaro y bajo la dirigencia de Julio Ricardo Grondona (sí, hijo de quien se imaginan), obtuvo el torneo "Crucero General Belgrano" Clausura 2012.
Hace un día que Arsenal se metió en la historia grande del fútbol argentino, esa historia que comparte con otros 16 equipos. Hace un día que se convirtió en el único equipo en haber ganado el torneo de Primera División habiendo jugado en la última categoría del ascenso. Hace un día que Arsenal tiene una estrella, que esperaba por brillar desde 1957.

viernes, 22 de junio de 2012

Tabla de promedios 2012/13




EQUIPOS
2010/11
2011/12
TOTAL PUNTOS
TOTAL PARTIDOS
PROMEDIO
VELEZ
82
64
146
76
1.921
BOCA
53
76
129
76
1.697
ESTUDIANTES
69
50
119
76
1.565
ARSENAL
57
62
119
76
1.565
LANÚS
63
55
118
76
1.552
TIGRE
50
65
115
76
1.513
BELGRANO
55
55
38
1.447
COLON
47
60
107
76
1.407
ALL BOYS
51
54
105
76
1.381
ARGENTINOS
54
49
103
76
1.355
RACING
52
50
102
76
1.342
GODOY CRUZ
63
38
101
76
1.328
UNIÓN
50
50
38
1.315
RAFAELA
50
50
38
1.315
SAN MARTÍN
48
48
38
1.263
INDEPENDIENTE
43
47
90
76
1.184
NEWELL’S
42
48
90
76
1.184
SAN LORENZO
47
41
89
76
1.171
QUILMES
0
0
0.00
RIVER


000.000

ACLARACIÓN
                Hay que recordar que las promociones no estarán la temporada que viene, pero habrá tres descensos directos.